miércoles, 2 de junio de 2010

LA FABRICA DE POETAS -Nº 61-


LA FÁBRICA DE POETAS - Nº 61-
revista virtual de poesía
02/06/2010
Coordina: Alejandra Menassa de Lucía

Dibujos: Miguel Oscar Menassa



TÚ INACCESIBLE

Un hombre maniatado sobre su sombra
una fotografía en su mirada congelada
el timbre de los semáforos,
el viento y la naturaleza del rojo en sus venas.
Vino para conocer,
lo que un día nos cierra los párpados
con lágrimas quemaduras,
de quienes no aman la risa,
y no pueden entregar las mentiras en una piel secreta.

Y se oculta, sin atreverse a decir quién es el siguiente
que tras de él, huirá enamorado.
Tú eres la cabeza de todas las medusas
en las raíces de la primavera.
Eres la fortuna en un traspié,
un camino largo, un regreso,
hasta que desapareces.


Elena Conchello




“ME DUELE ESTE NIÑO HAMBRIENTO”
MOM

El pasado voló hacia mi propio destino,
ya nada me ligaba, ni el pensamiento del aire que nos separaba.

Era la espesura de la bruma contenida
que acariciaba los cuerpos reptantes de la noche,
la espuma de nieve antártica sin existencia prematura,
una desolación tal, arrancando un rugido
de estómago hambriento de un niño que me habita.

El hambre es una lucha sin fin para el poeta,
un quejido clamoroso,
algo hermoso en su decir que llega en óleo hasta la imagen,
vacía e incomprensible por la nada que no sacia sus letras,
la belleza de un jardín en el esplendor primaveral que morirá mañana
y aún así, le hace feliz.

Nada es suficiente, no alcanza con sus pequeñas manos
a Dios, ese escurridizo ser que ama y ofende
para que conozcáis la vida hijos míos,
dadivoso, para que conozcáis la muerte
en una cama de espinas reservadas para el doliente, compañeros.

Tal vez ahora quisiera mirar el horizonte sin saber qué hay más allá,
o tal vez quiera pudrir lo incorruptible y encontrar en la blasfemia algo que planear,
sin dejar rastro, borrando las sombras para escuchar las voces del hambre
en el intercambio foráneo que permite balbucear al niño,
en el hambre de siglos escritos
que obligó a las guerras a detener la batalla
para que las madres amamantaran a sus hijos de treinta años,
sentados entre el humo pestilente,
confusos, abstraídos, algo tímidos y narcisistas.

Como uno más
se miró mi niño en el reflejo del río
y el hambre habitó entre sus muslos
cobrando la vida seca y temporal de los soldados
cayendo al agua entre un rastro de sangre
con olor a magnolias.


Susana Lorente Gómez



POR TI LOGRO EN TU CENTRO LA LIBERTAD DEL ASTRO

Tu rastro nauseabundo vaga tímido en las sombras de un rostro,
lleno de dolor, oculto entre los pliegues de la vida.
Una voz anuncia el encuentro con tu propio ser
en los albores infatigables de la libertad.

Y el viento en las campanas da la hora.

El hombre engalanado, vive de puntillas por no sentir el peso de sus alas.
Pero es su corazón el que le advierte la proximidad del mar
¿Cuántos corazones lucharon por tu libertad?

Pegaso enfurecido, ¡cabalga hacia la postergación de lo temible!
y en tu casa encuentra aquel corazón de ébano, perdido, en la aurora,
montado en palabras enloquecidas:
¡Mirad los álamos acariciar las nubes con mi nombre!

¿A dónde irán los tiempos en que tu mirada era una mirada?
¿Y los mares que embellecían tu lengua?
¿Dónde los siglos necesarios para que olvides?

La voz continúa su viaje,
el corazón ridículo de latir, ultima su gesto
y un color de marfil atraviesa su brillo de amanecer.

Envuelto en lágrimas el sol siente su ausencia
mas ha de trabajar, hasta el fin de los días,
con cuerda y con brocal
izando la última suerte del hombre
cada efeméride.

Virginia Valdominos