jueves, 1 de julio de 2010

LA FÁBRICA DE POETAS - Nº 64

revista virtual de poesía

30/06/2010

Coordina: Alejandra Menassa de Lucía

*Cuadros de Roberto Matta-Santiago, Chile 1911


Jazz Bande 1973

“Con la primera gota de lluvia se mata el verano”

Dicen las marmotas que cuando

llueve,

con la primera gota se mata el verano.

El verano es una bola que foguea

las almas de los viandantes,

tarda en pasar como las violetas en salir.

¡Hola, qué tal, adiós, se fue!

Siempre me quedo pensando

en mi forma de relinchar

durante la época del sol.

Saben ustedes, bañistas,

no hay nada más fácil

de agujerear que las sombras

de ustedes.

Se les deja en la playa,

que no piensen en nada,

sólo en rojas camisetas

de tormenta

y después,

cervezas, hamburguesas

y chicas con fresas.

Un poco de miedo en el pastel,

Historias truculentas e inacabadas

para poder inventar con toda tranquilidad…

se adereza con un poco de muerte, de sexo

o de tabúes varios

y ya tenemos la evasión perfecta.

¿Que de qué se evaden? No entiendo.

Ah ya…que siempre están evadidos,

que yo también, si quizá…

Me evado en mis lecturas… de mis miedos,

el periódico también puede ser un impedimento…

la mentira es la forma de la verdad.

Y la actividad diaria una bacanal de deseos

insatisfechos…

Me han convencido señores bañistas,

este año, nadie

matará mi verano,

ni las moscas, ni la lluvia, ni mi mano.

Sergio García Soriano



Star, flower, personnage, stone 1938


Permanezco suspendida en el centro de la noche

Pendiendo de una luz
despojada de los perfiles desechos de los días
permanezco suspendida en el centro de la noche
con la fuerza orbital de las estrellas
posada en una mano,
confiando en que alguna vez la dejaré caer
A equidistantes líneas del centro, vislumbro,
anodinos movimientos de ritmos ya conocidos,
armas con lágrimas de derrota
desgastadas ya, de ser usadas para lo que no sirven,
piezas de maquinaria engranadas al pasado
y alrededor de semejante escenario, como en danza tribal
seres despechados de sí mismos, hartos de sus debilidades,
fingiendo en su frialdad lo que de humanos tienen,
y viviendo con exultante júbilo el propio escándalo de su soledad.
La soberbia del viento agonizando ya
grita alertándoles
preguntando si alguna vez traicionarían el pasado,
si alguna vez conocerían el amor.
Marta Herráez González




Ocean de la nature 1990

"EN EL VÉRTIGO UNIVERSAL DE LA ARMONÍA"

Germán Pardo García

Ese estado en que todos mis sueños

se esconden en la imagen de la belleza,

y el caminar sutil y ágil, de graciosos movimientos de marquesa,

con las muñecas de helado para tus labios de vainilla,

y el corazón fragante que insiste desde la lejanía

dando sus mugidos por la sed de un mundo huérfano,

sin ley que le ampare, sin miedo que le cobije

al abrir de este a oeste sus piernas al mar.

Mi vértigo de sombras,

eres un quinqué en lo alto de un faro

que apaga su llama por el susurro del viento,

que se derrama por mis ojos sin párpados

y prende volátil cuando conecta con el cielo un rayo.

Tu imperfección de anguila,

oquedad universal,

esa es la armonía.

Susana Lorente

Xpace and the ego, detail, 1945

HAY UNA PAZ INERME DONDE NADA RESPIRA

Donde nada respira,

la infernal risotada de la muerte entreteje una victoria sostenida por los siglos,

y los gatos maúllan al olvido presente en cada grito polvoriento

del barro que construye nuestras vidas.

Y hay una paz inerme donde nada respira.

Y las palabras trenzan una savia prestada

de mármol, que la muerte, victoriosa luce,

a punto de ganar su última partida.

Y mis ojos me engañan de lágrimas preñados

¡ay! de tus ojos sedientos; mil escaramuzas

me robaron el tiempo

de las despedidas.

A unas manos inermes me recuerdan las mías,

que labraron el viento, el tiempo,

que tocaron los sexos prohibidos de las minas

que tejieron raíces hundidas en la tierra

del árbol que esculpió la eternidad perdida.

Corazones de piedra, monstruos azulados agitados de espanto,

legado de costillas, nervios descuajados, piernas ateridas

y sexos victoriosos, asilo de otras vidas.

¿Dónde viajaréis cuando nada respira? No hay huída posible.

Las entrañas del mundo acunan mi estampida

y el cielo, anhela atento la última esperanza

de los hombres que inician su viaje boca arriba.

Al sur del vientre perdido de dios

hay otra biografía de lo humano,

donde nada respira.

Virginia Valdominos

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