miércoles, 14 de octubre de 2009

LA FABRICA DE POETAS -Nº28-

LA FÁBRICA DE POETAS - Nº28-
Revista Virtual de Poesía
14/10/2009
Coordina: Alejandra Menassa de Lucía
Henri Matisse, 1919 – Amapolas

TU LENGUA, ACERO MULTÁNIME

Aire turgente hacia la boca, trance que respiro,
ahogando en la afonía, regalando una culpa que jamás fue mía.
Muévete, acércate como un pájaro que pierde su miedo por el hambre,
entonces morir no será morir para el decir ferviente de los labios,
y te trasladarás en vuelo rasante, arcaico
donde el preludio al amparo de la saliva férrea
arrancará la lengua embestida de reina, de guerrera o de abeja.
Un guiño, dicha de tu mirada y la mía.
Pero tus manos son más fuertes, tu ímpetu más sabio,
¿cómo tus pasos llegan al paraíso, si son solo pasos de humano?.
Algo de tu amor me ennobleció en las horas de sana locura para poder el poder.
Qué haces ahora que esta rara agonía vive en tu lengua
y dibujas la posibilidad finita en la que hundo mis manos, espuma de la mar
desapareces entre la multitud de burbujas de acero, que hierven en mi boca
cada vez que siento mi cuerpo al abrazarte.

Susana Lorente Gómez


Henri Matisse, 1928 - Dos Odaliscas

PARTICULAR METAMORFOSIS

Gotas de vino caen de la última botella.
El dolor de cabeza cesó cuando sus ojos se posaron en los míos.
Todos los platos eran dulces cuando los acunaba su voz.
Nos envolvían músicas orientales, recorrían nuestra piel
Las semicorcheas afrodisíacas del limón.
¿Para qué tanto disfraz?
¿ La verdad puede ser una mentira más?
Ella yace juntó a mí.
La noche nos susurró al oído
Palabras veniales, carnales, penetrantes…
Atenea en la madrugada nos recuerda el alfabeto,
Las matemáticas, el lenguaje de tu sexo.
Sólo un olor me queda del delirio de tus cánticos,
Y una imagen demoníaca del discurso de tu escote.
Particular metamorfosis en las noches blancas.

Sergio García Soriano

Henri Matisse, 1926 - Odalisca con Pandereta (armonía en azul)

LA ESCAFANDRA DEL OLVIDO

La escafandra del olvido
Protege mis párpados inútiles
Que envueltos en agnus de oro
Sacuden sus últimas marañas a un ayer contemporáneo.
Volteo las sarcásticas encrucijadas
Y escucho los hálitos del ocaso
Mencionando tu nombre
En un sin fin de absortas expiaciones.
Ven a olvidarme en mis brazos enjutos por tu recuerdo.
Ven a perecer en un pecho que nunca te retuvo
Porque jamás supo quién eras
Ven y escupe las cenizas con la poca hiel que de ti
Queda en mi fortuita estupidez.
La escafandra del olvido jamás palidece en tu memoria.
Amordaza al viento embravecido
Cuando la idiocia acaricia mis manos
Y tú absorto en el brillar del fuego
Mueres ardiendo en los ojos lupinos del sueño.
Ven hombre aterido por la bondad.
Ven a morir en mis adentros
Que jamás supieron quién eras.

Virginia Valdominos

Henri Matisse, 1940 - Nature Morte avec Femme Endormie

“DEJA QUE MUERDA TUS ESTRELLAS”
Gonzalo Rojas

Gotas de ansiedad se adentran
en bordes de negrura
aprisionada
en el resquicio de tus ojos.
Galope aéreo que se ríe
jugando
con nuestros cuerpos imprecisos.
Deja que muerda tus estrellas,
deja que abata tus mesetas
lapidarias de nuevo.
Hagamos un surco,
un iris abierto
en la ruta del acontecimiento
donde el tiempo nos frecuente
en este destino de ola,
ya deshabitada.

Rosa Puchol


Henri Matisse, 1927-28 - Odalisca y Butaca Turca
EN EL OCASO AZUL

Decido no reconciliar mi espíritu
con los endiablados avatares
preocupado por apariencias de batallas
en el espesor de una línea hipotética
dibujada a mano alzada sobre el invisible
pedestal donde se anuncia la victoria.
Noches de queroseno en las pupilas de los sueños
Cargan sus inocencias en desaparecidos ciclones,
hieren sin costuras el zafiro acunado en mis manos.
Yo no dejaba que sus ciegas mariposas alzaran su vuelo,
enraizando para nunca jamás la puerta de cristal
tras la que se ocultaba con su espasmo de sonrisa
una promesa rebelada por antiguos caminantes.
Hay un rumor de verso que quiere hacerme creer
que aquellos dinosaurios fueron reos del señor.
Encerrado en mi pequeña cárcel repito furioso
que han de cerrarse los estrechos puentes
sobre flores de olvido que cruzan al infinito azul.
¡Apártate fiera carnosa y pestilente,
quita tu adelgazada quietud de mi mirada!
Insisto en no dejar que las cosas
se desintegren intentando el extravío,
el duro correr por los pasillos de la infancia
para no encontrar ya nada de tu presencia.
Oscuridad trenzada en los calcetines
y sortilegios de tela danzan quietas hacia la luz.
Sonríes cuando me acuerdo de aquellos tiempos,
quizás creas que volveré la cabeza hacia esos días...
Y sin embargo no me acostumbro a los días sin ti
y como una constelación en fuga decido lo imposible.
¿Qué será aquello de lo que huía cuando despertaba?
Un silencio de último linaje,
tu corbata haciendo
de las cuadernas del barco su escisión más austera.
Fernando Ámez

Henri Matisse - Odalisca con Magnolia
LA GLORIA ES HUMO

Amanece tan lejos del abismo
La bella ceja que anuncia tu mirada.
Cuelga en lo profundo de tu rostro
La suave curva que te presume
La esbelta y antagonista línea
Que separa tu rostro del rostro de lo imposible .
Tu palabra de la palabra ajena a ti
Tu con el humo de la gloria que precede a los grandes poetas
Ilustras mi decir , la vida de mis sueños
Mi existencia futura en cada verso,
Tu ser presente en cada escrito que ayer marcó el futuro
La mirada , la vida , la escucha
incluso aquel renglón es humo , vaporosa espuma entre tus manos
es el pesar donde el dolor habita el gusto de los dichosos y
los sueños ,que son tuyos, que son míos ,que son nuestros.
M.Carmen García Mateos

2 comentarios:

  1. ¡Bravo!¡bravo! cuanta frescura derramada en este oasis poetico

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  2. Muchas gracias F. por tu comentario, por la frescura y el oasis poético. Un placer.

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