LA FÁBRICA DE POETAS - Nº 49-
revista virtual de poesía
10/03/2010
Coordina: Alejandra Menassa de Lucía
Cuando el camino me deslumbra
entre los márgenes impuestos del sol
y a las doce del medio- día
compro la vida a plazos
entrego el busto, las canciones y las penas
me pongo la costura y los trajes,
la palma y bajo a las alturas.
El brillo de mar ya nada hace en tí
las madres fogosas de pasión
yacen junto a las tumbas vacías
de osarios huecos, de pasta incandescente.
las sábanas cubren pequeños cuerpos
lágrimas secas anuncian la decepción.
Me preguntas por la tierra, me preguntas por la patria
no tengo, nada estaba hecho para mi ,llegué
donde la nada, donde el vacío me esperaba
soy el impostor de la nación buscada
soy la tierra, la madre , selva , soy las garras.
tu el amo de garrote incansable
la mano de dios, su fuerza sobre los hijos .
También soy pobre e inútil mendigo de la historia
pedidor de mano larga, lamentador incansable de
cánticos y rezos, limpiador con rodillas de en suelo
de grandes mezquitas, soy la luz
y la sombra que no me deja brillar
soy tan como tu, que no lo soporto.
M. Carmen García Mateos
A young man at his window
“TE EMPUJA LA ALEGRIA”
Miguel Hernández
Alegre y febril
las piernas se le deslizan
suavemente por el hielo,
recostada en el ardor del frío
la miro en el infinito sol del medio día
que calma sus pesares
en un país extranjero, fuego de fuegos,
tierra de fuego.
¿cuántas horas han pasado?,
qué tiempo aquel en que solo la esperaba
sin ningún temblor,
qué añoranza religiosa me aqueja hoy
al verme partir.
No serán los días sin medida
los que me miren incrédulos,
¿yo seré?:
¿yo la que calla?,
¿yo la que habla?.
No, no, no, tres veces te diré que no
para que comprendas
que los espejismos del monte no opacan,
ni pierden, ni se precipitan por su ladera arbolada,
eres tú la que se desliza
y cae atolondrada por la felicidad,
encanto de mares
allí me iré a ahogar,
te daré los cinco dedos de mi mano,
mi boca a la sabia del mundo,
del color de las rosas impregnaré tu cuero
hasta la altura de un bien hecho
por tu generosidad,
y te empujaré, ¡oh si!,
te empujaré exhalando el humo
del puro obsequio de la vida,
resbalando, llena de alegría,
hacia la lápida solitaria del poeta.
Susana Lorente Gómez
CANTO A NOSOTROS MISMOS
(Miguel Oscar Menassa)
8 de marzo de 2010
en el día de la mujer trabajadora
Varias putas y vírgenes me habitan
y no dudo en besar sus labios
si en sus reyertas
alguna baja la mirada.
Soy el dolor de las madres
por sus hijos muertos
antes de nacer.
Una hembra de carne
muda.
Una voz tan feroz
que mata las ansias de su hombre
la vorágine perturbadora.
Soy el pájaro cantor que vuela tras tu sombra.
El que velará tus sueños
cada noche
y te impondrá la religión de tus días
sin remedio.
El pájaro que picotea tu nuca
hasta agujerearte el alma
y te apalea en peligro
con tus propios huesos.
Soy la fugaz luz de la alegría
tendida en las alturas.
Miradme,
pues no me alcanzaréis,
jamás.
Secular, más amante,
escucho la voz de mi presente
que me ata aquí,
a mis huesos
roídos por la desesperación.
¡Y yo soy la campana que repica tu adiós
la que canta a los niños muertos
a la mujer que nace al mundo
arrancada de su propia sangre!
Soy, la que viene del infierno
Para contarte la verdad
vertida en llamas que me arrastran
ametrallada contra el papel.
Soy la única valiente:
la mujer
que se atreve a no morir
aunque ya esté muerta.
NO ENTENDÍ
No entendí que el viento
constructor de sombras
lentamente se estrechase
transformándose
en ciego eclipse de tiempo.
No entendí que la tierra
absorbiera impunemente
silencios olvidados
caminos de la vejez perdida.
No entendí
pero escuché en tus ojos
ruidos de selva como ecos
de un compás arrollador
y mil caricias
de piel agudizada.
No entendí,
y, sin embargo, druida,
tu voz fue suave
diminuto tacto de seda
órbita de abrigo.
Rosa Puchol
UNA MUERTE PEQUEÑA
Carmen Parra
Y NO ME DIGAN NADA
Y no me digan nada,
los que se dejan atravesar por lúgubres primaveras
machacadas por libros no leídos,
que se asemejan a pozos negros.
Los intransigentes balbuceando sólo afectos,
falsos aprendices de la vida
sin haber aniquilado ni las esquinas más sobresalientes de la envidia,
que punzan y hacen sangrar a sus propios ojos.
Los que llevan disfraces de hurto de vidas ajenas,
pisando hombros que tratan de corregir la postura día a día.
¡No! ¡No me digan nada! ¡no me lo cuenten a mi!
En cuanto hombre-mujer de este mundo,
puedo decir que no me interesa.
No me interesan los que jamás se han dejado atravesar por
ningún pensamiento
cuyas verdades sí atraviesan siglos.
Los que no osan romper la perennidad de sus ideas,
para poder gozar de algo más que de sus manidos goces caducos.
Y que no me digan los que viven sin inmutarse
rodeados
de historia que grita por su condena.
¡Ni siquiera escribir este verso me hace bien!
No quiero escribir a quien no me dice nada.
Quiero escribir al que me dice algo,
a quien con su verdad me atraviesa a mí.
Contigo poeta es con quien quiero conversar
Marta Herráez González
Voces antiguas me cercan
Monto el caballo de las bridas de mi infancia
y aún siento un miedo acunado,
encendiendo hasta mi columna
las danzas verticales que compuse
para nacer en hoja y manzana escarchada.
Hoy, varada en la orilla de aquel instante
escupo por la escotilla los fantasmas
de las gravitaciones primeras.
En la corona de mi vientre nací conjugada
para llevar la simiente de todas las palabras,
para procrearte poesía,
en las pisadas de mi desierto.
Elena Conchello.
SI PUDIERA
Si pudiera conocerte en el asombro segundo,
guardar tu mirada como un nautilus descuidado
y subir por tu piel hacia el ocaso postrero...
Si pudiera lanzar mi voz más allá de la tumba,
recoger el grano abandonado por los pájaros
y descender hasta lo más hondo de mi alma...
Si pudiera en mi palma colocarte, amor,
reconocer en tus ojos mares extraviados
y encontrar en tus labios la fragancia de la noche...
Sería como el principio de un nuevo final:
palabra que exterioriza mi alma,
altura donde siempre estás tú.
FERNANDO ÁMEZ MIÑA
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